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La diferencia entre el viejo rap y el trap es que al primero, entre otras cosas, lo que le importa es mostrar aptitudes líricas, citar a filósofos y sentar cátedra sobre actitudes morales. Ahora bien, al trap todo ésto en teoría, le debe venir guango.

¿Pero esto qué tanto le puede importar al público mexicano?

Kinder M. no es un hitmaker del tamaño de Bad Bunny y otros nombres del trap latino, pero funciona bien para el público que en México lo va a ver. Asistir en 2020 a uno de sus conciertos puede ser la oportunidad de presenciar a uno de los personajes más representativos de la movida del trap español, la cuál, si una cosa la distingue, es su separación del ideario del rap "clásico" o antiguo, pero también puede ser como asistir a su funeral.

 

Un show de Malo puedría considerarse como el momento en el que después de casi diez años de vida, el trap español entra en una fase de "post trap" y se empieza a hablar de la muerte de este género o sumada a la reciente apertura de fusión con rock, el inicio de la sospecha de que el trap se está convirtiendo en el nuevo indie.

Kinder Malo, técnicamente trapero, también abona a lo segundo, al usar frases como "Puta, ahora soy vegano voy a perdonarle la vida al gusano" o al anunciar una huelga de alcohol, desinflando la parte (trapera) nihilista con esta especie de aproximación al "straight edge"

Finalmente en México donde el "trap" que se genera proviene casi invariablemente de una raíz de rap old school y con un público bastante acostumbrado a el, esto del "post trap" lo más probable es que (también) le venga guango, resultando en algo incluso bastante favorable para el español, el trap funcionando en la percepción del público, sí como una actualización, pero de manera más práctica como un poco más de lo que les gusta: el viejo rap.

Por: Emilio Escorza
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